QUESADA PASIEGA (Receta de Marisa - Santander 1960)
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Si existe un postre al que nadie en la familia se puede resistir, es la quesada de la abuela Marisa. Su exquisito sabor y delicado aroma nos transporta a nuestra niñez, donde más de una vez el punto de encuentro entre herman@s era en las puertas del refrigerador para pillar otro pedacito de cielo.
Llevo en mis recuerdos las innumerables veces que preparamos este postre con nuestra abuela, las inolvidables copitas con las que calculaba todas las medidas, la manera cómo nos enseñaba a rallar el limón para darle ese aroma sin igual y su regla de oro: batir siempre al contrario de las manecillas del reloj con “mucho salero“, es decir, con mucha gracia y energía.
Abuelita Marisa y Álvarito preparando una quesada (2005)
Hemos decidido eternizar estos momentos en nuestro diario para enseñarles cómo una simple receta puede conectar historias entre personas, a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia.
QUESADA PASIEGA (Receta de Abuela Marisa - Santander 1960)
Ingredientes:
125 g de yogurt griego natural (1/2 tz.)
180 g de azúcar (3/4 tz.)
2 huevos
150 g de harina (1 ¼ tz.)
1 cdta. de sal
500 ml de leche (2 tz.)
50 g de mantequilla (1/4 tz.)
1 cdta. de canela en polvo
Ralladura de 1 limón grande
Preparación:
Mezcla en un bowl el yogurt con los huevos, el azúcar y la mantequilla (todo debe estar a temperatura ambiente )
Bate bien con un batidor de varillas, y cuando esté todo integrado, incorpora la leche y sigue mezclando.
Incorpora la harina poco a poco tamizándola con un colador y mezclando con la batidora nuevamente. Ahora puedes añadir la ralladura de limón.
Vierte la mezcla en un molde engrasado y enharinado, espolvorea canela al gusto y 2 cucharaditas de azúcar por encima.
Lleva al horno a 170°C por 40 min ±
Sabrás cuando la quesada está lista si al clavar un cuchillo en el medio, éste sale sin grumos.
NOTA:
La quesada se inflará durante la cocción. Al sacarla del horno se bajará progresivamente. Esta es su naturaleza normal, así que no te asustes.
El resultado es tan delicioso que es imposible no comer más de un pedazo.
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